miércoles, 11 de marzo de 2015

Deconstrucción de ciudad a través de la ilegalidad


INFORME SOBRE LA CONFERENCIA  “DECONSTRUCCIÓN DE CIUDAD A TRAVÉS DE LA ILEGALIDAD” A CARGO DE JOSÉ GUILLERMO ÁNJEL.

Seminario Ciudadanía, legalidad y transformación social.

El seminario Ciudadanía, legalidad y transformación social es el resultado de una apuesta de la Gobernación de Antioquia para poner en el escenario académico temas como la ética, la legalidad y la construcción de una sociedad con más y mejores oportunidades. La ponencia central  tuvo como invitado al escritor y docente universitario de origen sefardí José Guillermo Ánjel, más conocido como Memo Ánjel.

Nació en Medellín en 1954. Es comunicador social-periodista de la universidad Pontificia Bolivariana y doctor en Filosofía de esa misma universidad. En el año 2005, ganó la beca de Arista en residencia del Berliner Kúnstlerprogramm del DAAD (Deutscher Akademischer Austauschdienst) y estuvo viviendo un año en Berlín. Cuentos y ensayos han sido publicados en revistas colombianas y extranjeras, en especial revistas de habla alemana.[1]
A continuación el informe de su conferencia

Tras escuchar una breve hoja de vida del ponente y después de una generosa ronda de aplausos, la audiencia estaba preparada para escuchar qué tenía que decir una figura tan representativa y conocedora de la ciudad como lo es Memo Ánjel.
Comenzó su discurso con ese sentido del humor inteligente que lo caracteriza, excusándose por llegar un poco retrasado y trayendo a colación una frase característica de los conocedores urbanos: las ciudades son como se mueven. Más que una excusa fue un modo de ejemplificar cómo nuestras actitudes cotidianas están tan permeadas por el entorno en que vivimos.

El concepto de ciudad, o al menos su  significación más importante, la  definió como un lugar que se creó para que el hombre no estuviera solo y es debido a esto que una ciudad no es su infraestructura sino la gente que la habita y la manera en como lo hace. La forma en que la gente se mueve por la ciudad refleja la verdadera humanidad de esta. Así mismo, dejó en claro que antes que cualquier cosa la ciudad es educación y que como colectividad educada se deben minimizar los problemas. Sin embargo, frente a su concepto, se está educando mal a la gente pues la ciudad se ha convertido en una muchedumbre solitaria que no sabe vivir junta.

Plantea esta concepción con base en el argumento de que nos imponen deseos, pero nadie nos propone descubrir quiénes somos en realidad como personas y como país; no sabemos dónde estamos ni qué tenemos porque no tienen como prioridad mostrárnoslo tanto en el ámbito educativo como en el cotidiano. Esto es consecuente la falta de revisión que tiene el hombre colombiano sobre sí mismo  y sobre su patria lo que lo lleva a creer que está vacío y quien está vacío no cuida lo que hay a su alrededor.  

Junto a esta reflexión, menciona la paradoja de que para luchar contra una ilegalidad que es casi norma, hay que imprimir otra legalidad: ser legal. Para articular esto, propone cuatro elementos importantes que desarrolla en el resto de su ponencia y que son: la ética, la  seguridad, la política y la calidad de vida.

Hablando de la ética, conceptualiza esta palabra vista desde el cuidado de sí para que el ciudadano aprenda a vivir con él mismo y eso requiere conocer sobre su país, su historia y su gente para que al aceptarse pueda ser aceptado por el otro porque sin el otro no hay ciudad.

A partir de esto, llega al tema de la seguridad donde afirma que la única forma de tener una ciudad segura es aprendiendo a ayudar al otro. Pero, ¿Cómo cuidar del otro? En este momento la ética y la seguridad se conectan con la política, donde habla acerca de que gobernar una ciudad, verdaderamente, es relacionarse con el otro, no salir escoltado a la calle ni vivir de apariencias. Así mismo expone un ejemplo sobre Antioquia y su capital, para decir que en este departamento cabe tres veces Israel y hay una sola ciudad a punto de explotar mientras que las periferias son ignoradas y comunidades como las indígenas prefieren desplazarse hacia Medellín porque al menos tienen el techo, así sea el de un puente, y la atención de gente que los mira con lástima.

Como último elemento habla sobre la calidad de vida  y de cómo esta se comienza en casa. Por eso es fundamental que los barrios y los espacios de ciudad sean agradables, porque en algunos casos y como él lo expresa, se vive  en un confinamiento.

Como conclusión a su planteamiento de los cuatro elementos, asegura que la forma más eficiente de construir una ciudad sin legalidad es concentrarse en  resolver los problemas mínimos para que el gran problema disminuya. Esto se logra desde una perspectiva que muy pocas veces tomamos en cuenta y que Memo tiene muy clara, la cual se basa en que para conseguir este objetivo hay que eliminar todo lo que le haga sentir dolor a las personas, a los ciudadanos, y sienten dolor cuando son ignorados, cuando son tratados de pobres, cuando los reprimen.
Si se elimina el dolor se creará gente de paz lo que traerá una ciudad  de paz. Y como dice este docente, que en mi concepto es un muy completo urbanista y es de los pocos que aún rescata la humanidad de los ciudadanos en el desarrollo de su entorno, mientras que no entendamos que los derechos fundamentales son comer, hablar, escribir, pensar, ser tomados en cuenta y vivir dignamente… apague y vámonos.





[1] Recuperado de la información de ponentes de amainvestigaciones.co

domingo, 1 de marzo de 2015

Zürich, relatos de una ciudad en movimiento

Análisis comparativo a partir del libro Zürich es una letra álef,* de Memo Ánjel
*Todas las citas mencionadas en este texto pertenecen a la obra.


“Cada hombre que existe debe estar en alguna parte. Pero existe si se mueve. Osea que está en una parte, pero ha dejado rastros en otras, como los perros con sus orines.”

Puede ser la premisa más importante del urbanismo, al menos en mi concepto, que las ciudades no se construyen para ser habitadas, sino que se habitan para ser construidas.  El hombre sabía esto desde que elevó la mirada, pues buscó siempre mejorar sus necesidades comenzando por construir un lugar donde él y sus semejantes pudieran habitar, en todos los sentidos que este concepto abarque.

Es importante saber en qué lugar vivimos y conocer los lugares a los que vamos, comprender las cosas más allá de lo obvio y develar un espacio hasta su esencia.  Esto es tal vez la idea primaria del relato Zurich es una letra álef cuyo el narrador, que es también el personaje principal, navega por la ciudad y la devela cuidadosamente.
Es así como desde la perspectiva de esta idea, quiero dejar este texto para que cualquier persona que quiera viajar a Zürich lo haga, sin maletas ni pasaporte, solo con una visión curiosa que a veces perdemos por tener los pies clavados en el asfalto del siglo XXI.  Con esta idea en la  mente, el pequeño viaje que muestro a continuación es una recopilación de lugares, una Zurich fragmentada que vive en el presente  y es recorrida por el protagonista, pero que en su forma, edificios y lugares guarda los rasgos de los imperios que construyeron las ciudades que nosotros heredamos.

“Hay campesinos en Irán que no se han enterado de que el hombre llegó a la luna y no por ello dejan de mirar el horizonte y crear figuras geométricas complejas con eso que ven y después llevan a sus tejidos”
En este caso, no fueron campesinos con sus tejidos, sino sumerios, persas, griegos, romanos y árabes que crearon ciudades, mejorándolas una tras otra conforme a sus necesidades, partiendo desde las más básicas figuras geométricas y llegando a trascender la prueba humana más compleja :el tiempo. Partiendo de ellos vamos a viajar por Zürich en medio del relato:

De las distribuciones
“Suiza es un país de relojes, de horas exactas, todo se da con precisión extrema. Los tranvías, la aparición de los negros frente a la estación de trenes, los japoneses mirando mapas, los judíos ortodoxos de la Freyastrasse, las tazas de café en las mesas  de los cafés a la orilla de río Limatt, cada asunto se presentó de forma ordenada y rutinaria”

Rodeando al pequeño casco disponen los distritos de Zürich, ordenados según el sentido de las agujas del reloj.  Tal vez  esta coincidencia tenga más trascendencia en la medida que se compare con la idea que tenían los ciudadanos antiguos de crear sus ciudades según como más les conviniera, como los persas con su trapecio o los sumerios con el círculo, por ejemplo.

google imágenes

“Las fronteras son una estupidez y una creación del miedo. Y no sé miedo definido a qué” 
Zürich, igual que todos los países del mundo, tiene divisiones que limitan su espacio territorial, llamadas comúnmente fronteras. Esto fue pensado y ejecutado por primera vez por los persas quienes, a diferencia de los sumerios, ponen los cuarteles en el extremo de la muralla que delimitaba su ciudad para guardarla de invasiones y recibir comerciantes.

Del río
“Sobre las aguas de Limatt podía ver el reflejo de los edificios, la torre de una iglesia, algunos barcos anclados a la orilla y muchas letras que se desordenaban en la medida en que el agua fluía”.

Zürich se sitúa alrededor del río Limago, que llega a llamarse Limatt a la altura donde desemboca en el lago de Zürich.  Este modelo se remonta hacia el nacimiento de las ciudades donde aún no data la escritura. Esta forma de ciudad tuvo la utilidad primaria de que cuando el río se inunda se forme una vega donde se formen cultivos. En el caso de Zürich, en algunas partes se puede ver la frondosa vegetación, pero la utilidad cambia completamente, pues el río se debe represar para ser controlado. Pasa entonces a ser una forma de facilidad de comercio y actividades industriales.

Así mismo, a través del río se observan puentes, algunos con la técnica del arco de medio punto, creada por los romanos para dar estabilidad a las estructuras. Así mismo, creaban puentes para unir la ciudad, para que fluyera y  siguiera siendo una sola.

El Limmat a la altura de Baden (Argovia)
De los nombres
“En los días festivos el mundo se desordena”.
Sin un orden o nombramiento de semana, los días festivos, ni ningún día existirían. Este nombramiento y estructura del orden del tiempo que es tan vital para nosotros, se la debemos a los sumerios quienes desde su observación del cielo crean el zigurat (paralelogramo de 7 pisos con nombres de varios astros) y a partir de allí se le da nombre y número a los días de la semana.

“El nombre permite ciudades, ríos, tierras, campos, un transcurrir entre las cosas visibles e invisibles. Sin nombre no hay lugar y en los no lugares se amplía el limbo”.
Los persas sabían que para no ampliar el limbo, habitar la ciudad requería de saber hablar correctamente, nombrarlo todo como es debido, conocer cómo es llamado; para eso, le ponían nombres y avisos a todo lo que había en las calles para promover su adecuado aprendizaje. Así que no es obsoleta la importancia de nombrar una ciudad y lo que ella contiene.

De la estructura
En Zürich el tranvía va atravesando la ciudad desde sus partes más bellas: casas lujosas, parques lindos, jardines, barrios… Hasta las más abandonadas cerca de los talleres e industrias.

Esta división de espacios en la ciudad, con utilidades y características distintas se parece (aunque no  tan estricto) a lo que hacían los persas al separar la ciudad por oficios para darle un orden correcto. Así mismo, estas partes estéticamente bellas, como los jardines, fueron una invención de los persas para embellecer el ambiente.

La casa en la que se hospedó el protagonista del relato, tenía  muchos pasillos, muchas puertas y llaves para cada una. Quizá hasta el interior de las casas sea una réplica de lo que es la ciudad. Calles y carreras entrelazadas y mezcladas creando pasajes y direcciones. Esta cuestión de armar la ciudad la han tomado varias civilizaciones importantes como los egipcios, quienes dominaban la cobra y los caminos, imitando este animal en la forma de hacerlos. Ellos utilizaban este método como pasadizos secretos con trampas y tumbas. En Zürich en cambio, no son trampas sino tranvías los que ayudan en el paso por la ciudad.

google imagenes
 La ciudad absorbe en los tranvías a las personas y les posibilita el acceso a ella, esto, (si bien no exactamente), se puede asociar con la idea de hacer la vida más fácil y adecuada a las necesidades de las personas, ese primer pensamiento e ideología fue de los persas, quien después retomaría en Grecia Aristóteles  pensando y construyendo las ciudades única y exclusivamente de acuerdo a las necesidades del cuerpo humano.

Zúrich es también un fiel reflejo del modelo romano de la ciudad en forma de retícula, esto permitía ampliarla más fácilmente. Si bien Zúrich no es una retícula perfecta, es una fiel réplica de estructura primaria de la ciudad, lo que le permite mayor facilidad y orden al construir.

De los lugares
La última vez que el protagonista de tal relato visitó Zürich, se hospedó en un hotel en la parte vieja de la ciudad situada en una calle empinada, “Desde allí, podía ir a una terraza donde la gente comía y bebía”
Las terrazas y las calles empinadas eran muy comunes en  las ciudades islámicas. Este modelo aprovechaba las tierras no fértiles con altitud para  hacer terrazas. Hacían entonces barrios llamados albaycin. Utilizaban las terrazas para dormir cuando hacía mucho calor y para divisar la ciudad.

google imágenes
“Me hizo una cama en el piso de arriba, al lado de una ventana donde se podía ver el interior de otras casas…”
El albaycin también era utilizado para evadir las altas temperaturas y dar sombra, así es como las casas aledañas quedaban contigüas. En su estadía, esta cercanía a otras casas le permitía ver al protagonista un gato. Los gatos podrían ser catalogados como animales urbanos, que andan merodeando por ahí y migran todo el  tiempo en espacios pequeños. Los gatos en cierta forma “le daban razón a los egipcios que hicieron de este  animal un dios femenino, quizá por lo doméstico y astuto, alguien como Lilith. Y porque devoraban los ratones que se introducían en los silos de granos, tarea esta que bien podría ser la del gato del patio de la casa de Franz” 

También, en su estadía por Zürich, nuestro protagonista  se encontró con una muchacha en la biblioteca y la llamó la muchacha de Leipzig. Más allá del impacto que ella causó en él, lo importante para nosotros es tomar la biblioteca y ubicarla como uno de los lugares importantes de una ciudad.
La ideología de la biblioteca de almacenar conocimiento, es en sí idea de los egipcios quienes comenzaron a hacerlo basándose en sus antepasados difuntos. Más adelante, esta idea y su edificación fue desarrollada en Grecia por Aristóteles quien por medio del liceo (lugar físico para nombrar la biblioteca o la universidad) almacenó el conocimiento.
“Con tantos colores Zurich parecía ser una mujer gorda embutida en un traje”. Esta idea de pintar las fachadas, antes de que fuera una cuestión estética fue un método inventado por los griegos, quienes pintan las fachadas de colores para guiarse cuando los barcos iban  a arribar al puerto.
  
google imágenes
 De Zürich como letra álef, ciudad en movimiento y gente con identidad
En el recorrido que nuestro protagonista realiza, se encuentra con todo tipo de personas, unas que lo marcaron más que otras pero todas con la identidad que parece ser un sello y que conforma la ciudad y su ambiente como tal: la de saberse comportar en cada lugar como debe ser. Desde la gente de la sinagoga que hace lo posible por mantener su tradición judía ortodoxa lo más perfecta posible, hasta la muchacha que sirve cafés en aquella cafetería y que a veces siente lástima por los gestos del pobre hombre que ve a Canetti reflejado en todas partes. Tal vez es este difunto escritor quien nunca supo cómo comportarse en esta ciudad de legados o al menos quien siempre andaba por ahí, cambiante y casi irreconocible, pero entre las mujeres con abrigos y la gente arrastrando coches, siempre había esa identidad que le hacía saber al protagonista y al lector que estaba en Zürich.

"Zürich es una letra álef. Desde la lejanía, la ciudad es el silencio y un lugar en quietud sobre la tierra. Pero cuando esa letra se mueve, comienzan a circular los tranvías, las ventanas se abren, aparecen los gatos, los buses cubren sus asientos con pasajeros y la ciudad se llena de recorridos (…) Da pena irse de allí ".
Nada parece ser bueno al final del recorrido, pero aquí se tiene la certeza de que Zürich es una ciudad en movimiento a la que se puede volver y solo eso es la premisa de que a pesar de sus edificaciones antiguas es una ciudad con legado, presente y moderna llena de gente que la significa.


Aclaración necesaria: el siguiente video tiene como intención mostrar a gente normal que reside en Zürich en movimiento por distintos lugares mencionados en el anterior escrito. El tema musical es un elemento adicional que no tiene como fin romper la seriedad del escrito sino darle un toque actual y moderno.